Esto tiene su razón de ser, los niños son muy propensos a contraer enfermedades
contagiosas y peligrosas para su débil sistema Inmunológico.
Los médicos recomiendan lactar a los recién nacidos mínimo hasta los seis meses o más, dependiendo la condición de la madre y el niño.
La leche materna es muy importante para que el niño combata las enfermedades que
podrían atacarlo en sus primeros meses de vida.
La boca es la vía más frecuente por la que un bebé se puede infectar de alguna enfermedad,
un beso puede ser suficiente para acabar con la vida de cualquier débil bebé.
Esto es lo que le pasó con el bebé de Sarah Pugh.
La madre de Eloise Lampton dio a luz a una bebé sana pero a los pocos días todo se volvió
una pesadilla.
Sólo unos pocos días después de su nacimiento, la pequeña Eloise dejó de comer y comenzó
a perder peso.
Preocupado por su hija, Sarah Pugh la lleva a la clínica más cercana. Incapaz de brindarle
el cuidado necesario, la clínica la transfirió a un hospital más grande y mejor equipado.
A su llegada, la pequeña Eloise fue conectada a máquinas para ayudarla a respirar y hacerle
circular la sangre en las venas.
Los médicos descartan la tesis de la malnutrición y confirman que el bebé tiene un trastorno
cerebral causado por el virus del herpes.
Eloise sin duda ha sido besada por alguien con un brote de herpes.
Cuando un recién nacido está en contacto con una persona con herpes, se contamina
rápidamente.
Este virus ataca el cerebro y afecta a los órganos vitales del bebé.
Esta contaminación es mortal.
Fue fatal para Eloise que falleció cuando ella tenía tan sólo 24 días.
Casos como este deben servirnos para alertarnos sobre el cuidado que debemos tener con
nuestros niños, saber con quién los dejamos y lo que hacen las demás personas con ellos.
Los niños son criaturitas inocentes e indefensas, de sus padres y familiares cercanos depende
su supervivencia.
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